Un ingenioso sistema de barreras físicas y tecnológicas permite seleccionar a las especies objetivo y, con ello, un aporte de alimento específico a las distintas especies o individuos. 

Su revolucionario concepto de detección, dispensa y descanso permite una auto regulación de la demanda que mejora la eficiencia de los medios tradicionales, evitando las pérdidas de alimento o la sobrealimentación. La gran autonomía de los comederos también provoca un ahorro directo en los recursos de la explotación destinados a la alimentación.

Su controlador electrónico permite la máxima flexibilidad de combinaciones, pudiendo regular el usuario la cantidad dispensada, los descansos o los horarios de funcionamiento, entre otros. La combinación de estos parámetros incide directamente en el comportamiento de los animales, facilitando su manejo y control en función del objetivo que se persiga en cada momento.